No dejo de pensar en que la fiesta y la ñoñez, se pueden sobrellevar muy bien, y esto viene a cuento por qué el señor Andy Moor, viene a ignaugrar el año del cuarteto de la muerte. Y que a estas alturas de la semana ya estoy más muerta que viva.

Finalmente esa es la tarea de todo aquel se diga clubber, aunque nos cuesta trabajo admitirlo tenemos una vida afuera y de día, para acabarla de amolar. Como sea, los nervios que caracterizan a cada fiesta ya se están sintiendo en el aire…