No sé que está pasando con mi vida, todo da vueltas y vueltas en un mismo lugar, en dónde aparentemente ya nada cabe. Quisiera salir corriendo y dejar todo de una vez, pero no puedo, por más que lo intento no puedo dejar de hacer las mismas cosas que me meten en problemas, no con mi familia, que quede claro, esos dejaron de tener importancia hace mucho, si no conmigo misma. Ni siquiera yo entiendo porque hago muchas cosas, cuando todo va bien, a fuerzas en algo he de meter la pata.
Todo comenzó hace un rato cuando una de las dos carpetas en dónde tengo impresos muchos de mis debrayes, el que cerre hace dos años por falta de espacio, tratando de sacar un mail, de esos que cambió mi vida para siempre.
Llovió todo el día, en lugar de ir a donde tenía que ir, me quedé dormida. No sé porque lo hago, bueno si, es que ya estoy harta de todo eso que en teoría que son mis obligaciones que no dejan de darme vueltas en la cabeza. Ahora que siento que tengo todo, ya no tengo ganas de seguir haciendo nada, quiero meterme en mi cama, y leer lo que se me de la gana. No sé que pasa, de verdad.
Pero lo más extraño de esto, es que no se los digo entre lágrimas mis queridos lectores, si no liberada de un peso y con una sonrisa en los labios. La pregunta de todo esto es ¿de qué? ¿De qué carambas me siento liberada?
Preguntas que ni Darren (el ordenador mamón) puede responder con el reproductor de windows en aleatorio, y miren, que me conoce el muchacho. ¿Valió la pena todo lo que he hecho? ¿Todo lo que deje de hacer y de sentir en su momento? Aún no tengo idea, mis parientes en Delfos no me dejan ver nada, pues parece que está interesante el asunto.
La noche me abraza, y yo me voy hacia ella sin chistar, es mi madre, es mi jefa, es todo lo que soy, y por eso no replico ninguna de sus ordenes, aunque la incertidumbre no me deja ¿a dónde me llevas madre Oscuridad?
¿Qué estoy haciendo con mi vida?
Si yo no tengo la respuesta imaginense en que problemas estan mis parientes del Olimpo.