Y los recuerdos, el cansancio y las frustraciones, hoy, se me antojó una rosa. No por nada en especial, simplemente volteé a ver mi rosal, que desde hace dos años no da flores, quiero sentir sus pétalos en mi mejilla y su dulce aroma en mi nariz.
Como verán es otra de esas noches en las que no pude dormir ni tantito, las ideas no me dejan en paz, y el café ya se que no ayuda para llegar más rápido al Reino de mi tío Morfeo.
¿Será por eso que hoy se me antojó una de estas?