Pues bien, todo comienza con lo del boleto, que no encontraba en ningún maldito lado. Ya me había dado por vencida, pero, alguna parte de mi instinto que ya no ignoro, me hizo abrir un diccionario, de esos dónde parece vivir alguien. El alma me volvió al cuerpo, si, otra vez tendría a uno de mis alemanes favoritos frente a mí. El culpable más grande de mi adicción a la música electrónica. Paul van Dyk.
Llegar allá no fue una gran odisea como lo esperábamos pues muy buena parte del público que bien podría haber ido a ver a Paul se fue a ver a Cosmic Gate y Blank & Jones en el WTC de esta asquerosa pero adorable Ciudad de México. Y también por las buenas habilidades de Gabriela a la hora de manejar.
Una enorme fila nos esperaba, contra todas mis predicciones, no todos se fueron a ver a los otros alemanes.
El recibimiento. Mesas en los puntos estratégicos que suele usar el cuarteto de la muerte para bailar como enfermas, gritar de la misma manera, ni que decir de tomar fotos y grabar vídeos de la misma manera. Bueno, solo Sandy y Gaby que son las que tienen cámara, pues yo, no tengo ni madres.
Ese punto nos hizo buscar otra ubicación frente a unos tipos que venían de visita a la Ciudad de México, pero INSOPORTABLES. Echándonos el calzón, a pesar de nuestras caras de «dejen de estar chingando». Y los muy… no sé que grosería emplear, como ya andaban hasta la madre, se ponían a hablar un en inglés como si no entendiéramos. Chale.
Pero a pesar de esto, nos llevamos una enorme sorpresa al encontrar a uno de esos personajes que cambió totalmente nuestras adolescencias. Alejandro Franco, si no me creen, miren nada más.
El encargado de abrirle a Paul, Tini Tun, con un set con alto contenido de techno, aunque, fue abucheado por la gente que esperaba con ansia ver al señor van Dyk.
A eso de la 1:30 AM Charles, el manager de este hombre comenzó a acomodar las cosas del nene Paul, que estaba siendo entrevistado por el muchacho de la foto de arriba.
Llegó abriendo con una rola de The Police que no puedo recordar. Para pasar de inmediato con rolas de su última producción, osese In Between. Las que puedo recordar: White Lies, New york city, Castaway, Let go y creo que nada más. Sin olvidarse de esas rolas que lo pusieron en los oídos de medio mundo y su abuelita. We are alive, Animation, mejor conocida en el bajo mundo como «la de zurdo» por la que yo clamaba desde que creí perdido mi boleto: Crush, sin olvidar for an angel. Las rolas de otros por supuesto, como Dirty Sound de Austin Leeds, un remix de Guns a Rouses, Wonderwall, Preciuos de Deepeche Mode, y otras que mis dos neuronas no me permiten recordar. He aquí una muestra de lo que el indiscutible rey del trance puede hacer.
Lo siguiente, es de esperarse, especialmente de nosotras. Fuimos a acecharlo a la puerta por donde tendría que bajar de la cabina, lo mismo iba a hacer otro tipo, pero lo intercepto alguien de seguridad con una simpática llave y una madriza, para después sacarlo haciéndole manita de puerco. Claro que ante esa escena, muchos que planeaban hacer exactamente lo mismo, desistieron.
Mientras del otro lado, Paul repartía autógrafos y sonrisas. Para cuando llegó el momento de que bajará, a Sandra casi le rompen a Markus, osea su cámara, el nene Paul se asustó y se fue, nuevamente, dejándonos a un metro de la foto o ya de menos el autógrafo.
Madredas nos dirigimos al guardarropa, y de ahí por el carro de Gabriela, Cuando nos encontramos al ya bien conocido Dj Naz, quién como siempre nos saludó. Dijo que se quedaría un rato a acechar una camioneta gris en la que probablemente saldría PVD. Cosa que nosotras también hicimos, pero desde el carro. Después de una hora, nos dimos por vencidas. Repartir cosas, y viboreadas, con cara de idiotas después de ver AL Dj.
El frío casi no se sentía o era mi enfermedad, cualquiera de las dos. Sandra, de plano se quedó dormida en mi hombro mientras yo iba observando el amanecer del sábado, y que no vería de nuevo, hasta otro Domingo
Fotos y vídeos Cortesía de Sandy.