Ayer, el cabrón hijo de la chingada, me metió el susto de mi vida: simplemente dejó de funcionar. Ya ni siquiera iniciaba Windows, su matasanos llegó a la conclusión de que la fuente ya está en las últimas. ¡Me lleva la chingada!, bueno, por lo menos no fue nada grave y mi monstruo favorito estará chingandome en los próximos días tal como lo ha hecho desde hace tres años.
Yo ya estaba llorando, despertando a mis amigos por teléfono, y a punto de entrar en un shock nervioso, pero él volvió, como siempre lo ha hecho. Aún no tiene su fuente nueva, pero por algún extraño motivo, sigue funcionando… ¿Ahh porque diablos no fue humano?
En honor a la ñoñez y casi fetichismo que tengo con este cabrón, al que llamó ordenador, ahí les va una rola, del guey por el que Darren se llama Darren I miss you de Darren Hayes.