Pero la forma en la que lo remataron, literalmente, no me parece ni tantito. Eso me hizo darme cuenta que ya crecí, y que el tiempo, absolutamente a nadie perdona. No puedes andar por la vida creyendo que la vida es como cuando tenías 8 años, los héroes cambian, y también las circusntancias, por más que te niegues a aceptarlo. El tiempo, te alcanza.
Otro ejemplo: Estaba yo, chismeando como es costumbre con Sandy, y antes de despedirse, me pregunto que si me acordaba de cierta rola. Y si, como siempre me acordé, pero también me calló el veinte, de que también es muy vieja, que solo los que vivimos ciertas cosas nos acordamos de ella.
Es parte de la brecha generacional supongo, yo no viví el terremoto de 1985, y no estoy tan marcada por un sismo como los que si lo vivieron, así como ellos, o la mayoría no vivieron los movimientos estudiantiles del 68.
Entre mi hermana y yo hay una brecha, porque ella no vivió de la misma manera casi psicótica lo del once de septiembre. Hay cosas, que solo si tienes cierta edad entiendes, y con eso me di cuenta, que si, ya estoy relativamente vieja. No sé si sea porque a mis veinte casi veintiún años me adelante a las cosas que tenía que vivir.
No sé si sean las pérdidas o las ganancias de amigos, y de experiencias al paso del tiempo los que ya no me hacen ver con la misma expresión una película de Indiana Jones, o las nuevas rolas. Me siento rara hablando de que el pasado fue me mejor, pues eso denota que si he pasado algunas cosas que otros no más nel.
Y si, ya crecí.
Y como me niego a seguir hablando del Dr. Jones mejor les pongo la rola que, si no tienes más de 15 años, no más no la vas a ubicar. Girls in love de Andreas Dorau.