Entre todo el desmadrito que desde hace casi nueve meses envuelve mi vida, a veces se me olvida por qué hago las cosas. Encerradita en mi oficina más de 10 horas al día todos los días pensando que en esto o que en aquello no está terminado, todo eso se va a la verga cuando la noche por la qué he dejado bastante dolor en los dedos de tanto teclear llega. Y más cuando llevas años a que esta noche ocurra.
Ahora solo puedo pensar en una cosa que a pesar de todo. Solamente necesitamos un poco de amor para que todo ocurra, así como nos dijo el señor David Guetta.