Ayer estaba hablando con un muy querido y viejo amigo. De esos que a pesar de los años y la cabrona distancia que nos separa ahí sigue. El Destino nos ha llevado por caminos, verderamente extraños y, lo suficientemente complejos como para decir que ya pasaron los años. En algún punto de la conversación pense que yo todavía tenía 13 años, y solamente estaba soñando.
Uno de esos cochinos momentos en los que la mente juega contigo. ¿De verdad todo esto ha pasado? ¿Te cae?
Hoy en la mañana en ese estado de duermevela en el que siempre me mete el sol, simpelemente no podía dejar de pensar en esa canción con la que todo este pinche, no se si sueño o pesadilla comenzó.
Extraño el pasado, creo que eso es lo que pasa. Extraño saber qué, de alguna manera pertenecía a algo. Sentirme segura con alguien, si, también extraño eso.
Odio crecer e ir viendo como todo se desmorona, o deja de ser lo que yo creía. Pero, a pesar de eso, sigue habiendo algo que me importa, tal vez sea ganancia, tal vez no: Los recuerdos y alguna esperanza de que todo puede ser mejor. Y nada más por eso, pensando y sintiendo un poco de esa esperanza que tenía en mi aprentemente lejana infancia, es que se van a tener que soplar a Paul van Dyk con Tell me why.
Dedicado a Enrique Moreno