Decía yo, en esta editorial para Thump, llega un momento, cuando te dedicas a lo que siempre soñaste y a lo que más amas en el mundo, en el que las cosas parece que no van bien, en el que te peleas contigo mismo porque ya no sientes ese amor que como fan, simple y mortal te alegraba la vida.
Puede que duela igual o más culero que cuando te rompen el corazón por primera vez, porque como tal, tú, tienes una relación con la música electrónica, pero a ella, tu le vales madre. No es un ser humano, pero te exige igual o más que una novia psicópata. Exige sacrificios, como tu tiempo, tu talento, tu sueño, y hasta sangre más de una vez. He trabajado en otras cosas, pero solo trabajar en la industria de la noche y de la música electrónica me ha exigido hasta lo más profundo de mi alma.
Subir al escenario mientras toca el dj estelar, por un momento dejó de ser satisfacción suficiente para mi. Me di cuenta que mis amigas de toda la vida, ya no estaban como antes cerca de mi, por lo menos para darme un zape, que me estaba distanciando y por mucho de mis metas académicas, y de las económicas, mejor ni hablamos. Me estaba enfermando por no dormir y haber aceptado más responsabilidades de las que podía manejar y por no dormir. En esa época si dormía 4 horas al día era mucho.
Decidí dejar eso que tanto me fascinaba y volverme «gente normal». Alguien tuvo la sabiduría de dejarme ir a probar el «mundo normal». En ese otro mundo encontré satisfacciones y aprendí muchísimo, pero al final del día llegando a mi cubil, me faltaba algo, Me hacían falta las sonrisas de la banda disfrutando a su dj, me quedaba un hueco en el alma cada vez que volteaba a ver los recuerdos que me quedaron de semanas pesadas para lograr que un evento se hiciera… En esa época, cuando me estaba cuestionando que chingados estaba haciendo con mi vida, llegó Maxi Jazz, Sister Bliss y su banda a recordarme por que me había enamorado total, y profundamente de la música electrónica…
Y también, me recordó porque la había dejado, esa noche que también sirvió para que pusiera en una balanza eso que también quería hacer con el mundo de la noche.. evidentemente la balanza se inclinó del lado más complicado de llevar. Y a la fecha no me arrepiento de todos los problemas en los que me he metido por continuar en esto. A final de cuentas se trata de una carrera complicada. Y creo que cuando se ama algo, todos caemos en algún momento en una crisis. Y al final no todos son capaces de salir de ella, y volver a los madrazos.