La verdad es que me llevo mejor con las computadoras que con la mayoría de las personas. ¿Qué le hacemos? En el fondo si soy bien ñoña, durante los últimos 5 años de mi vida me acompañó este carnal. Una máquina robusta, pero que como su servilleta recibió más golpes de los que nos gustaría admitir
.
Al final de la semana pasada durante una junta pese a todos los intentos entro en Stand By, para no encender jamás. Supongo que es una bonita analogía de la vida, en la que no se puede empezar nada nuevo arrastrando vicios del pasado y miren, que yo tengo muchos. Esa máquina, sobrevivió conmigo un proceso muy doloroso de reconstrucción, en el que nacieron cosas que, apenas después de 5 años, van comenzando a ganar la forma suficiente para salir a la luz. En esa máquina encontré más de una vez el refugio mudo no’mas para ponerme a llorar mientras escribía de perdidas, de avances, de traiciones, y de una nueva familia que he ido acoplado a mi vida.
Era uno más de mi equipo, y de hecho la extensión virtual que permitía hacer todas mis malhoras. Esa máquina igual que yo, peleo por su existencia hasta que sus circuitos no pudieron más, pero hay una gran diferencia entre él y yo, yo si me regenero y puedo cambiar el Destino.
Y en eso estoy, ahora más que nunca, que la vida me regaló una oportunidad de oro para cambiar mi realidad, y de paso la de unos cuantos hojaldras más, justo, a través de lo que más me gusta hacer. Ya verán, Y para eso, creo que sutilmente me obligaron a cambiar de raíz mi mayor instrumento para hacerlo, la computadora, por más banal que suene. Pero la verdad es que la última década hábemos cada vez más personas que para hacer lo que necesitamos hacer profesional y personalmente hablando necesitamos confiar en un objeto inanimado con harto chip y cables.
Me emociona lo que viene, y me habría gustado que, mi compadre el Norman Cook, es decir mi laptop anterior me acompañara en el proceso, pero no le toca, ya cumplió su ciclo, como ya lo cumplieron muchas otras personas en mi vida que no dieron el ancho para seguirme acompañando.
Este es mi nuevo compañero de trinchera, también tiene nombre de Dj que respeto: Carl Cox, y de aquí pal real comienzan una serie de chingadazos necesarios para construir, lo que soñé hace media década.
En unos días recibiremos a la segunda generación de la redacción de Be Tronic… Guey, la segunda, mi hijo ya tiene 5 años desde su lanzamiento, y no lo maté, (bueno casi un par de veces). Aquí, llevó escribiendo desde que un día de agosto de 2004, me negué a entrar a una clase de matemáticas en la HHH Preparatoria 9 del UNAM.
Y es que a pesar de que parecería que sigo haciendo las mismas cosas que cuando era adolescente, ahora mis casi 31 años, soy bien consciente, de lo que puede generar una idea, y alguien dispuesto a encontrar los medios para hacerla realidad. Con este nuevo compañero de trinchera bajo el brazo, se las dejo de tarea, junto con esta rolita de David Morales, recién salida del horno, digna de acompañarles con una buena taza de café.